Para muchos profesionales de las Tecnologías de la Información el trabajar bajo presión es algo común con lo que tienen que lidiar, así que deben aprender a sobrellevar el estrés y obtener resultados en sus proyectos en tiempo y forma, pero el saber cómo reaccionar a estos momentos te puede ser de utilidad para no afectar tu salud.
Los deadlines, cambios de proyecto, obstáculos imprevistos, interrupciones críticas son sólo algunos de los problemas de estrés que pueden surgir en el mundo de las TI. Es menudo que se enfrenten a estas circunstancias a menudo y genera cierta preocupación el entregar resultados, ya que un error podría costarte el trabajo.
Trabajar bajo presión implica tratar con situaciones que pueden ser limitadas por el tiempo, los recursos, la dificultad de la tarea, todo esto y más. Se trata de la tensión que viene de tratar con un asunto que debe ser atendido a tiempo. Esta presión puede provocar malestar físico o mental.
Entre algunos consejos que brindan los expertos para trabajar bajo presión están:
- Mantén el control. El primer paso para aprender a trabajar bajo presión es para mantener el control, ya que en primera instancia hay una explosión de emociones que podrían nublar tu capacidad para tomar decisiones e inhibirte para hacerle frente a la situación.
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Tomar un descanso. Está comprobado que sólo puedes mantener la concentración por un período no mayor a dos horas. Luego de ese tiempo necesitas un descanso mínimo de quince minutos para recuperar algo de energía y aclarar el panorama.
Durante el tiempo de descanso desconéctate de todo apaga el celular, aléjate de la oficina o lugar de trabajo, y de ser posible salí a caminar unas cuadras al aire libre observando tu alrededor en modo Zen.
- Evalúa el problema. Asegúrate de saber exactamente cuál es el problema antes de intentar resolverlo. De manera superficial puede indicarse cierta cuestión, cuando en realidad es otra área la que está causando el fallo. Al saltar a conclusiones y actuar en el tema equivocado se puede empeorar la situación. Haga las preguntas importantes: quién, qué, cuándo, dónde, por qué para llegar a la raíz del problema.
- Repensar el día nuevamente Antes de empezar un día laboral “complicado” podemos predisponernos de dos maneras. O bien pensar en que va a salir todo bien (enfoque optimista) o creer que el día será un completo caos y desastre. Este pequeño cambio de enfoque puede hacer que tu día sea más tranquilo.
- Tener un plan. Es importante es tener un plan o procedimientos para hacer frente a una crisis que ya está sucediendo en tu lugar de trabajo. Cuando surge una crisis es necesario recurrir a ese plan de emergencia que ya se tiene. Cada paso se describe y todo el mundo sabe lo que se supone que deben hacer.
Si bien para las organizaciones esto es un punto destacable en un profesional, debes recordarles que demasiado estrés puede afectar la salud y también que el malestar de los empleados, así que la productividad bajaría, por lo que debes intentar un punto intermedio.
Es importante empezar a ver las cosas desde otra perspectiva. Muchos de los problemas que se nos presentan diariamente no son tan importantes como parecen por lo que es innecesario tener tanto disgusto cuando en realidad podríamos disfrutar más de lo que hacemos. ¿Cómo sobrellevan la presión en su trabajo? ¿Qué consejos podrían compartir?