Cuando se habla de desarrollos de código abierto, muchos de los miembros que trabajan en el mismo proyecto se encuentran separados por kilómetros de distancia. Es decir, se encuentran en una situación muy similar a la que pueden vivir los teletrabajadores de una empresa.
Sin embargo, la comunicación entre ellos fluye para alcanzar objetivos comunes. Esa empatía, ese diálogo y esas ganas de ser parte del mismo todo es la base que debería estar presente en cualquier equipo de trabajo que utilice la fórmula del trabajo a distancia. Se puede aprender mucho del desarrollo de programas de código abierto para aplicar mejoras en los equipos de trabajo que no comparten un espacio físico.
Los desarrolladores de código abierto con sus diferencias se centran en el proyecto común y enfocan sus energías en éste. La comunicación entre ellos no se produce por una normativa, sino que es el propio proyecto y el interés que tienen en él lo que les lleva a abrir nuevas vías de diálogo.
Los horarios dejan de ser un problema cuando el trabajo que se está llevando a cabo realmente les apasiona y les hace sentirse realmente útiles y productivos. Las excusas no existen cuando el propio equipo cohesiona alabando los méritos de los otros miembros que mejoran los objetivos conseguidos hasta la fecha.
La competencia individual se centra en hacer mejorar el proyecto común. El proyecto nunca es del último que lo ha mejorado, o del primero que lo ha creado, es de toda la comunidad que lo ha hecho posible. El fin último que mueve a los desarrolladores de código abierto difícilmente puede ser de forma exclusiva el dinero. Son los valores, la creencia en la idea, y cómo ésta puede mejorar la vida de las personas lo que le motivan más.
Aunque la fórmula en la que se organizan los equipos de desarrollo de código abierto puede servir de inspiración al mundo del trabajo a distancia, este tipo de programas en sí mismos también suponen una manera de hacer que ésa modalidad mejore y que la empresa sea más productiva. Habitualmente, las compañías que deciden apostar por el home office quieren una reducción de costes sin tocar el salario de sus trabajadores. Se trata de dar más por menos, aumentando la productividad. Las empresas ahorran costes de oficina y desplazamiento y mejoran la calidad de vida de sus empleados con horarios flexibles. Sin embargo, para que todo funcione a la perfección se requiere determinado tipo de software que permita las comunicaciones y el desarrollo de las tareas diarias.
Los programas de código abierto suelen ser una herramienta que, además de ser gratuita, permite solucionar problemas habituales en los campos más innovadores. Para el desarrollo de determinados software comerciales es necesario que exista un público objetivo amplio a quien vendérselo. Como en el caso de la programación con código abierto el fin comercial no es lo que mueve al desarrollo de éste, puedes encontrarte con verdaderas opciones para mejorar la función de los trabajadores a distancia a partir de estas iniciativas. Eso significa que lo que antes podría ser un coste añadido para la empresa, ya que debía comprar licencias de programas, con el software de código abierto es de uso libre, gratuito, y además tiene detrás a un equipo que está continuamente mejorándolo.