Un tema, que cada día se vuelve más recurrente, en las tecnologías de información es el manejo de las soft skills, que van más relacionadas al aspecto humano, aunque claro sin dejar de lado la parte técnica, por lo que es común escuchar que para ser un mejor profesionista se debe ser una persona humilde.
En diversas reuniones se incita a los desarrolladores a dejar su orgullo de lado y siempre aceptar las críticas a sus códigos, pero sin una línea clara, es por ello que un texto de 1971 aún sigue tan vigente y que debe estar en las cabeceras de los profesionales de TI, la obra titulada «The Psychology of Computer Programming», escrito por Jerry Weinberg.
Algunos de los conceptos para ser un programador humilde y que están establecidos en dicha obra son:
- Entender y aceptar que se cometen errores. El punto es encontrar estas fallas antes de que lo hagan otras personas. Afortunadamente, a excepción de los pocos desarrolladores de software encargados de las guías para cohetes o encargados de la seguridad, los errores son raramente fatales en nuestra industria, por lo que puede, y debe, aprender, reír, y seguir adelante.
- Tú no eres tu código. Recuerda que el punto entero de una revisión es encontrar problemas, y lo más probable es que se encuentren problemas, así que no tomes algo personal, el hecho de que tus fallas sean puestas al descubierto.
- No importa lo mucho que sepas, siempre habrá algo nuevo por aprender. Si pides ayuda a alguien que domine un área desconocida para ti, es probable que te enseñe, transmita, sus conocimientos, así que de manera constante debes buscar y aceptar las aportaciones de los demás, especialmente cuando pienses que no es necesario.
- No volver a escribir el código sin consultar. Existe una delgada entre arreglar el código y reescribirlo; aprende la diferencia y realiza los cambios entre el framework de la revisión de código.
- Trata con respeto a quienes saben menos que tú. Las personas no técnicas que conviven de manera cercana a los desarrolladores, habitualmente tienen la opinión de que los profesionales de TI son seres caprichosos, orgullos y retraídos, por lo que no conviene fomentar este estereotipo con ira e impaciencia.
- La única constante en la vida es el cambio. Hay que estar preparados y aceptarlo, por lo que cada cambio en los requisitos, plataforma o herramienta debe mirarse como un nuevo reto, no como un inconveniente grave que se debe que combatir.
- La autoridad nace del conocimiento, no de la oposición. Debes tener presente que el conocimiento engendra autoridad, y la autoridad engendra respeto, así que si quieres respeto en un ambiente carente de ego, habrás de cultivar el conocimiento.
- Pelea por tus creencias y acepta la derrota con clase. Un hecho que debes tener en cuenta es que, en ocasiones, tus ideas no serán tomadas en cuenta, algo que será complicado de comprobarse que tenías la razón, no debes tomar venganza o aplicar el «te lo dije».
- No seas alguien que desarrolle en el cuarto oscuro. Habitualmente el programar era una tarea que se hacía en solitario y a oscuras, algo que se hacía en un rincón de la empresa. Adelantado a su tiempo Weinberg veía que era mejorar el desarrollo en comunidad y en espacios abiertos.
- Critica el código, no al programador. Se trata de que seas noble y positivo con el programador, en lo posible con el código. Además, siempre relaciona los comentarios a las normas locales, las especificaciones del programa, un mayor rendimiento, etc. Tendrás de ser muy diplomático.
Por más avance y desarrollo que exista en el sector de las TI, estos extractos de Weinberg nos recuerdan cómo la base humana es lo primordial para la creación de tecnologías innovadoras, además de ofrecer una guía más tangible para los profesionales. En ese sentido, ¿Para ti cómo ha sido el camino del programador? ¿Además de humildad que otras cuestiones harían falta en el campo laboral?
Sin duda alguna, estos extractos son de alguna manera reglas que debemos fomentar para crecer como un desarrollador profesional
Hola Fernando,
Disculpa el habernos tardado. Tienes razón, aunque resulta fácil dejarse cegar por los egos y que afecte nuestro desarrollo profesional.
Saludos.