Un gran número de empresas tecnológicas han puesto en marcha plataformas de software sobre las que gira todo su negocio. Así, han dado lugar a lo que se llama modelo de negocio de plataforma.
Entre ellas están Facebook, Amazon, PayPal o Uber. Todas ellas han revolucionado sus respectivos sectores de uno u otro modo gracias a sus plataformas, y habitualmente utilizan a buena parte de sus desarrolladores para automatizar sus centros de datos al más alto nivel. Se las conoce, según apuntan en Data Center Knowledge, como “empresas de plataforma”. Con ellas, las compañías que las ponen en marcha conectan a los vendedores y los compradores a gran escala, un sistema respaldado por una plataforma de infraestructura, que no se puede poner en marcha sin la existencia de un alto nivel de automatización, conseguida a través del software. De ahí la necesidad de que los esfuerzos de su equipo de programación se enfoquen en conseguirla.
Como consecuencia, los equipos de desarrollo de infraestructura y operaciones del futuro no sólo contarán con desarrolladores de software que trabajarán codo con codo con el personal de operaciones, sino que se convertirán en parte de su equipo. Es decir, los desarrolladores serán parte integrante de las divisiones de operaciones e infraestructura de la empresa. Así lo ven en Gartner, y sus directivos lo han subrayado durante la conferencia de apertura de su evento anual sobre infraestructura de IT, gestión de operaciones y centros de datos, celebrada en Las Vegas. Milind Govekar y Dave Russell, dos de sus principales analistas, han sido los encargados de resaltar este hecho entre las ideas que han lanzado durante la conferencia de cara a la mejora de los equipos de IT de las empresas. Y su principal consejo no es muy rebuscado. Tan solo aconsejan contratar programadores.
En palabras de Govekar, que ocupa el puesto de vicepresidente de investigación dentro de la consultora, “tendremos que empezar a contratar programadores en infraestructura y operaciones. Ya no sólo tendremos administradores en ambos departamentos“. Esto se debe hacer para integrar la agilidad y la innovación en la infraestructura y, como es lógico, “tendrá un fuerte impacto en las habilidades“. Ambos analistas aseguraron que sería bueno que los equipos de IT y operaciones modernos funcionasen como una capa más de gestión de operaciones y servicios dentro de un “modelo de operaciones integrado del negocio“. Por lo tanto, estos equipos quedarían más o menos en el organigrama de la empresa entre otro equipo dedicado a la infraestructura central en la base, encargado de supervisar las tripas de la infraestuctura y su automatización, así como de desarrollar APIs para usarla; y otro de ingeniería de plataforma por encima, que sería el encargado de llevar la plataforma a las distintas divisiones de la empresa.
A estas alturas, no es ningún secreto que el antiguo planteamiento de creaciones de equipos y estructuras se está quedando obsoleta. Las empresa no pueden sacar partido a las funciones de software moderno si tienen una infraestructura separada para cada app, gestionada por administradores que se resisten al cambio a causa de un sistema que han utilizado durante décadas y que se centra en la reducción del riesgo por encima de todo lo demás. Las empresas de plataforma, a diferencia de las tradicionales, nunca cesan de hacer cambios en sus aplicaciones, de lanzar actualizaciones o de añadir nuevas funciones a sus plataformas. Incluso pueden llegar a introducir cambios en ellas a diario. Su infraestructura debe ser flexible para adaptarse a estos cambios al mismo tiempo que llega a sus usuarios.
Pero las empresas tradicionales empiezan poco a poco a funcionar como las de plataforma. Sus directivos quieren desplegar nuevas funciones en sus programas para desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocio. Para conseguir la agilidad que necesitan en IT y operaciones necesitan aplicar herramientas y métodos del desarrollo de software a la gestión de infraestructura de tecnología. En definitiva, tal como lo ha expresado Russell, han de “dejar de desarrollar sistemas para que duren y empezar a poner en marcha sistemas que faciliten en cambio“.