Los profesionales de las Tecnologías de la Información son la mejor inversión que tienen las organizaciones para generar valor en la organización, ya que son ellos los encargados de hacer que todo sea posible por esa razón es que se vuelve relevante el capacitarlos de manera constante para que su crecimiento profesional vaya de la mano con el de la empresa.
Además que conforme el negocio madura, el entorno se transforma y la manera de trabajar evoluciona, los profesionistas se enfrentan a distintos retos que ponen en juego su capacidad de mantenerse como un elemento de valor dentro de la organización, así como de ejecutar diversas estrategias que responden a la necesidad de readaptación constante que es lo que mantiene, hoy en día, la competitividad de las empresas.
Para que los esfuerzos del talento humano estén estratégicamente alineados a los objetivos de la empresa, deberán resolver las situaciones a pesar de que los desafíos muten de la noche a la mañana y solamente será posible mantenerse al margen de dichas exigencias con una actualización constante de conocimientos, así como el fortalecimiento de competencias, principalmente aquellas que tienen que ver con el común denominador que no para de evolucionar dentro del contexto de la Economía Digital: las tecnologías de la información.
Por las transformaciones del mercado a partir del crecimiento sostenido de la tecnología, resulta relevante comprender la importancia de recibir la instrucción pertinente que permita sobrellevar los retos que esto conlleva, siendo en este caso, el área de Recursos Humanos quien se encarga de brindar las herramientas pertinentes que permitirán a los profesionistas desenvolverse con mayor facilidad y eficiencia en la realización de sus labores.
Sin duda, el rol que el área desempeña dentro del negocio es primordial para la atracción, retención y fidelización del talento especializado en TI, pero su mayor valor es el diseño de un plan de capacitación alineado a las necesidades del puesto, las cuales serán satisfechas si aportan lo necesario para el éxito de la estrategia empresarial. Independientemente de los temas que se traten en los cursos de capacitación, la correcta planeación de éstos marcará la diferencia entre simples cursos de instrucción y la verdadera implementación de un plan de acción estratégico que moldeará al motor de la organización. Kirk Weisler, chief morale officer y conferencista reconocido a nivel mundial, compartió 3 fundamentos para crear un buen modelo de capacitación en TI:
El análisis previo
El primer paso para responder al qué, cómo y cuándo de la impartición de los cursos de capacitación es hacer un análisis tanto interno, como externo, de las cualidades, atributos, fortalezas, debilidades y posibilidades de mejora, de manera que se pueda apreciar panorámicamente el estatus actual de las necesidades del negocio, los conocimientos que el talento humano domina y cuáles necesitaría para tener resultados más eficientes, así como de los esfuerzos de la organización en los que está poniendo más énfasis. De esta manera, se podrá trazar un plan de capacitación en TI que impulse la productividad del área, contemplando los requerimientos de la organización y posicionándola como un activo estratégico en el cumplimiento de las metas preestablecidas.
Objetivos a mediano y largo plazo
Después de identificar las necesidades del negocio y de los profesionistas en cuestión, es momento de trazar los objetivos a mediano y largo plazo que tendrá el curso de capacitación. Es importante tomar en cuenta que dichas metas deberán ser alcanzables y medibles para que el plan surta efecto, además de considerar que ninguna de las personas inscritas en el curso es igual, por lo tanto hay que ser muy creativos para diseñar objetivos a los que todos puedan contribuir y al mismo tiempo, den a la organización lo que necesita.
Implementación del Plan de Capacitación
Tratándose de capacitación en TI, se debe tener una supervisión muy precisa sobre las herramientas utilizadas y la instrucción de su manejo en futuros proyectos y procesos, de manera que al trabajar con información exista el menor riesgo posible y en ningún momento vulnere la seguridad del negocio.
Durante esta etapa es importante moldear de la mejor manera a los profesionales para que adopten cambios, tanto culturales como de manejo técnico de herramientas informáticas, así como fomentar la comunicación interna y el trabajo en colaboración con otras áreas.
Control
Esta última fase se lleva a cabo en dos ocasiones: mientras se realiza la capacitación y cuando ha concluido. Dichos esfuerzos paulatinos sirven para supervisar el funcionamiento de los cursos, si realmente están rindiendo frutos, el desempeño de los participantes y de qué manera es posible rediseñarlos para obtener mejores resultados en el futuro.