Este día se celebra el natalicio de Jean E. Sammet, una de las primeras ingenieras de software, una de las diseñadoras clave del lenguaje de programación COBOL y madre FORMAC en 1962, considerado el primer lenguaje de programación para la manipulación simbólica.
La fecha tan especial nos brinda la oportunidad de conocer un poco más de la historia de la informática nacida en Nueva York el 23 de marzo de 1928, Sammet fue diestra en matemáticas y hacia fines de la década del 40s tuvo su primer acercamiento con aquellas primeras y gigantescas computadoras. Al principio, sintió cierto rechazo por la computación, antes de que esta se estableciera como una disciplina académica. Fue entonces cuando empezó a trabajar con tarjetas perforadas para usarlos en cálculos complejos y otras funciones.
Poco a poco fue aprendiendo a usarlos mejor y empezó a adorar su funcionamiento y no tardó en convertirse en una de las programadoras más destacadas de esta primera generación de la computación. Su ambición, según sus compañeros, era que todo el mundo se comunicara con un ordenador.
A finales de 1950, era evidente que los ordenadores necesitaban lenguajes y herramientas más potentes para seguir progresando, y fue entonces cuando colaboró en la creación de COBOL junto con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y otros grandes programadores del momento. Muchos la consideran la madre de este lenguaje de computación.
COBOL fue un avance importantísimo en los años 60, pues permitía programar sin mucha estructura, lo que en ocasiones podía llegar a ser caótico. Muchos detractores denominaron al código surgido como programación de espagueti, por lo enrevesado de su aspecto. Aún así, sus ventajas se imponían a sus defectos y era muy útil para procesador fichas de información formateada.
Años después, crearía otro nuevo lenguaje de programación, FORMAC, una variación más avanzada del lenguaje FORTRAN. La importancia de su trabajo sigue siendo clave a día de hoy, pues COBOL, el lenguaje que ayudó a programar y que tiene más de mil millones de líneas de código, todavía funciona en ordenadores actuales. Muchos sistemas bancarios del mundo confían en este sistema para hacer transferencias y realizar una gran cantidad de operaciones críticas.
Lo cierto es que, siguiendo a NYT, Sammet fue “una de las mujeres más prominentes de su generación en la escena de la computación”, y su interés más evidente fue emplear a los lenguajes de programación como un camino para que las soluciones informáticas lleguen a una audiencia cada vez mayor. Según señaló Ben Shneiderman, científico en computación de la Universidad de Maryland, Sammet persiguió el objetivo de que las personas puedan comunicarse gracias a las computadoras. Una meta que, ahora sabemos, se ha alcanzado y con creces. Y en buena medida gracias al trabajo de esta mujer, que además es autora de uno los libros fundamentales para los interesados en programación: Programing Languages: History and Fundamentals, publicado en 1969.