En la actualidad las grandes empresas de la tecnología están concentrando una buena parte de sus esfuerzos en su investigación y desarrollo, con proyectos que ya tienen en marcha o prevén iniciar en breve en torno a la Inteligencia Artificial.
Tanto Google como Facebook o Microsoft la utilizan de manera cotidiana, por ejemplo, para combatir el spam o para optimizar la segmentación de la publicidad. Pero también para asuntos menos cercanos y corrientes, como el desarrollo del futuro coche autónomo. Para ello necesitan contratar a expertos en la materia, sobre todo, según Business Insider, talento especializado en machine learning.
El problema es que no hay personal cualificado formado en las disciplinan que necesitan relacionadas con la Inteligencia Artificial. Y muchas tecnológicas tienen miedo de que el panorama no cambie en el futuro y que el talento disponible no crezca lo suficiente como para cubrir su necesidades. Creen además que el sistema académico actual no permitirá formar a suficientes expertos, así que compiten entre ellas de forma feroz por los que hay en el mercado.
Para ello recurren a todo tipo de tácticas, entre las que está la de acudir a los medios para comentarles sus avances o planes en Inteligencia Artificial, e intentar que hablen sobre ellos. De esta forma, los expertos del sector pensarán que son las mejores en su campo y querrán trabajar en ellas. Por supuesto, con unos salarios acordes a la escasez de profesionales existente. Y precisamente, las noticias sobre el nivel salarial y la atención que las empresas están prestando a los expertos en tecnología han hecho que crezca el interés de los estudiantes por formarse en machine learning o robótica.
Lamentos y luchas por los pocos expertos en Inteligencia Artificial que hay aparte, hay quienes piensan que si las tecnológicas no encuentran suficientes expertos pueden contribuir a formarlos, aprovechando que el panorama y la oferta de estudios relacionados con la tecnología ha crecido gracias a los avances en este campo. Por ejemplo, mediante la creación y patrocinio de cátedras en universidades o financiando investigaciones independientes. No se trata de una cuestión de falta de dinero, puesto que para empresas como Microsoft, Google o Facebook esto no es un problema. Se trata de tener la voluntad necesaria para poner los recursos que los estudiantes necesitan para formarse en las disciplinas que necesitan al alcance de su mano.