Por José Antonio Ramírez González

Entre otras razones de esta pronunciada desigualdad de mujeres ocupadas dentro del entorno de la industria de TI al igual que de empresas diversas que utilizan las TI para sus procesos productivos, el aspecto educativo es uno de los principales motivos por los cuales la mujer no logra una mayor participación no tan sólo de cargos y responsabilidades directivas o gerenciales, sino como formar parte de un equipo de trabajo.

SI bien se han superado escollos y situaciones que por muchos años caracterizaron lo que fue la supremacía del hombre en diversas profesiones y carreras ingenieriles o relacionadas con las tecnologías de información, entre otras, se sigue demostrando una considerable resistencia al cambio hacia la equidad de género.

Las proyecciones de la población mexicana elaboradas por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) indican que en 2014 residían en el territorio nacional casi 120 millones de habitantes, de los cuales 51.2% eran mujeres y 48.8% hombres, es decir, casi 2.8 millones de mujeres más que hombres.

Lo anterior señala que las mujeres representan más de la mitad de la población mexicana; sin embargo, no alcanzan el mismo porcentaje de población estudiantil, al igual que  de los cargos de toma de decisiones y de población económicamente activa (PEA), según diagnosticó recientemente la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).

Y aunque actualmente existe una mínima diferencia entre la proporción de hombres y de mujeres que utilizan la computadora e Internet, que llega al 51% y el 49% del total de personas  que usan estas tecnologías, respectivamente, esta paridad, sin embargo, no se ve reflejada en términos de un mayor empoderamiento de las mujeres en los ámbitos de  educación, ciencia, tecnología y empleo.

Tan sólo un dato para ejemplificar es  la creciente presencia que las mujeres tienen en la educación superior en humanidades, pedagogía, ciencias de la salud, ciencias sociales y administrativas. En el área de ingeniería y tecnología, las mujeres constituyen solo el 31% de la matrícula.

Tan sólo en el área de la ingeniería, indica la CEPAL, se ha demostrado una notable resistencia al cambio de las relaciones de género, “pese a varias décadas de trabajo de los sectores público y privado para promover la presencia de las mujeres en este ámbito”.

Este es también el caso de las TI, indica, donde ahora se ha fortalecido el compromiso de las principales empresas del sector en el país por acabar con  los estereotipos y estructuras tradicionales de discriminación de género que frenan el avance de las mujeres en el ámbito de la ingeniería y la tecnología.

Tan sólo en equipos de trabajo y en posiciones clave es evidente que persiste aún la preferencia del género masculino en algunas empresas del sector de las TI, pero para aminorar o dar pie a que haya una nueva mentalidad fue que desde 2012 surgió una iniciativa dedicada a promover la participación de las mujeres en la Industria de las TI a través de la AMITI WIT (Woman In Technology).

Con acciones enfocadas para motivar la participación de la mujer desde los niveles de educación media superior hasta altos cargos directivos en la industria TI, el comité de AMITI WIT está conformado y representado por empresas como Microsoft, Everis, IBM, Infotec, Red Hat y Unisys, entre otras, en colaboración con asociaciones para la mujer.

Pese a su s casi tres años de entrar en operación, hasta hoy se carece de un informe que, por lo menos, dé a conocer de actividades en las que esta agrupación haya sido determinante para impulsar los propósitos para los que fue creado, especialmente en incentivar la participación de la mujer mexicana en carreras universitarias relacionadas en las TI al igual que impulsar su presencia en el sector.

Sin embargo, algunas acciones que se cristalizaron en 2014 dan pie para al menos tener idea de que en los hechos la mujer va ganando presencia, aún si se encuentra en alguna etapa de su carrera universitaria, es egresada o profesional de las TI. Entre otras incluimos las siguientes:

1. A diciembre de 2014, un total de 326 organizaciones que comprenden 2,879 centros de trabajo, operan bajo el Modelo de Equidad de Género (MEG) vigente y por tanto, incorporan la perspectiva de género e instrumentan acciones afirmativas en sus prácticas laborales, tales como la igualdad salarial y criterios de promoción y desarrollo profesional libres de discriminación.
2. El Instituto Nacional de las Mujeres, a Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), así como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación trabajaron de manera coordinada para diseñar el Certificado de Igualdad Laboral y No Discriminación, que retoma y fusiona el Modelo de Equidad de Género, la Norma Mexicana NMXR-025-SCFI-2012 para la Igualdad Laboral entre Mujeres y Hombres y la guía de acción contra la discriminación “Institución comprometida con la inclusión”.
3. La STPS promovió la adopción de la Norma Mexicana NMX-R- 025-SCFI-2012 para la Igualdad Laboral entre Mujeres y Hombres en los centros laborales. En 2014, la STPS realizó dos mil 674 acciones de promoción, difusión, orientación y asesoría que llevaron a la certificación de 18 centros de trabajo en beneficio de cerca de dos mil mujeres.
4. El INMUJERES concretó una alianza con Google México para fortalecer el empoderamiento económico de las mujeres mexicanas por medio del uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Inició el sitio web “Conectadas”, que permite a las mujeres identificar e iniciar conversaciones con clientes potenciales y acceder a herramientas y soluciones que fortalezcan y desarrollen sus capacidades empresariales, aprovechando las ventajas de la tecnología digital y disminuyendo las brechas de género.
5. El Instituto Nacional del Emprendedor por medio del Fondo Nacional Emprendedor, benefició a 960 mil mujeres. El Fondo está dirigido a emprendedores(as), micro, pequeñas y medianas empresas, así como a entidades gubernamentales, organismos empresariales, universidades que quieran emprender, hacer crecer una empresa o impulsar un negocio.

Lo anterior son sólo algunos de los logros que, conforme avancen los años, irán extendiéndose en otros ámbitos, principalmente en las organizaciones en donde bien sea como parte del sector o como usuarias, las TI son parte esencial para sus operaciones de negocio y en donde los profesionales de ésta ámbito, entre ellos mujeres, cumplen un importante rol. Falta mucho por hacer, pero ya se está procediendo.

El autor, José Antonio Ramírez, es periodista especializado en TIC y negocios desde hace más de 20 años, además se ha desempeñado como editor de publicaciones especializadas como Byte, LANTimes e Interoffice, así como secciones en diversos diarios.