Algunos profesionales de las Tecnologías de la Información además de enfrentar los retos de sus labores diarias, en ocasiones también deben combatir con el desconocimiento de otras áreas de las empresas y ser «evangelizadores» al explicar cómo se pueden aprovechar las TI para la labor diaria.
El problema con las percepciones falsas es el modo en el que concluye la línea de acción, sobre todo si no es positivo, cuando la información no es clara o correcta desde el inicio, por eso es que Alexis de Pablos, Director técnico de Veeam Software Iberia, comparte algunos mitos que giran en torno a la virtualización.
Al comentar que hay una supuesta capa de complejidad que algunas empresas deben superar para así poder obtener los beneficios que les permitan garantizar el acceso constante a los servicios esenciales. En sí misma, la virtualización es una tendencia al alza y es el motor que hace posible la garantía de disponibilidad constante a los datos y aplicaciones. Sin embargo, cuando las aplicaciones fundamentales para el negocio no se virtualizan, las empresas no pueden estar permanentemente activas, pierden la oportunidad de beneficiarse de costes más bajos, mejor fiabilidad y disponibilidad, así como de una mayor agilidad comercial.
A continuación, se presenta un resumen sobre las áreas en las que el departamento TI debería centrarse y sobre aquellas en las que no debería hacerlo al enfrentarse a la virtualización de las aplicaciones fundamentales para el negocio.
Mito 1 – El rendimiento de las aplicaciones es mejor en sistemas físicos
Muchos de los propietarios de aplicaciones pensarán que los sistemas virtualizados no son capaces de ofrecer el mismo nivel de rendimiento que se obtiene con servidores físicos. En el pasado, la justificación de este mito era sin duda verdad. Pero ese ya no es el caso. Ahora es posible conseguir como mínimo los mismos niveles y si contamos con la configuración y las herramientas adecuadas, podemos tener incluso un rendimiento mucho mejor en máquinas virtuales (VMs) que en los sistemas físicos.
A su vez estas VMs permiten a las empresas garantizar que sus datos están siempre disponibles. También está la ventaja añadida de que una VM aporta escalabilidad instantánea para hacer frente a los picos en la demanda y las cambiantes necesidades de la empresa. Si el rendimiento puede ser mejor desde una VM, puede ofrecer escalabilidad instantánea para cubrir picos en demanda y garantizar la empresa permanentemente activa, tiene sentido virtualizar tantas aplicaciones como sea posible.
Mito 2 – La virtualización (y estar permanentemente activos) es demasiado caro
Básicamente esto es falso si tenemos en cuenta el coste de las licencias y el coste de los servidores en ejecución. Estos dos puntos principales a tener en cuenta se pueden reducir con un sistema completamente virtualizado. La inversión inicial que se necesita para operar nuevos servidores se verá compensada con costes más bajos asociados a un menor consumo energético y a una menor necesidad de refrigeración. Al mismo tiempo, los costes por licencia se reducen dado que los proveedores ofrecerán cambios en las licencias para los entornos virtualizados.
Mito 3 – No se puede hacer un backup adecuado de las VMs
Los propietarios de las aplicaciones, sobre todo los responsables de aquellas que son fundamentales para el negocio, tienen que cumplir con estrictos contratos de nivel de servicio (SLAs) y necesitan saber si pueden confiar en el backup y en los sistemas de recuperación para mantener una empresa permanentemente activa y los datos disponibles en todo momento.
Lo que sí es una leyenda urbana es la afirmación de que no es posible hacer un backup adecuado de las VMs. De hecho, las soluciones de recuperación y backup pueden conseguir objetivos de punto de recuperación (RPO) y objetivos de tiempo de recuperación (RTO) inferiores a 15 minutos para cualquier aplicación, esté virtualizada o no. Los sistemas virtualizados en realidad pueden ofrecer una recuperación mucho más rápida para las aplicaciones fundamentales para el negocio que los sistemas físicos.
Mito 4 – La virtualización no es segura para las aplicaciones fundamentales para el negocio.
Lo cierto es que las aplicaciones fundamentales para el negocio serán las que más se beneficien de la virtualización. El data center actual se basa en las características clave del data center actual: hoy en día están altamente virtualizados, las empresas invierten en sistemas modernos de almacenamiento y existe una estrategia cloud concreta. Este data center actual se convierte en la plataforma para ejecutar aplicaciones fundamentales del más alto nivel. La realidad es que si las empresas quieren tenerlo todo, necesitan un data center capaz de hacer frente a las necesidades de las aplicaciones fundamentales y las expectativas de una empresa en el entorno actual. Esto solo es posible cuando se cuenta con capacidades adicionales que se obtienen gracias a la virtualización.
Tanto si se necesita escalabilidad inmediata, disponibilidad offsite o poder verificar que las aplicaciones fundamentales se pueden recuperar y estar listas para el siguiente cambio crítico; la virtualización es el común denominador capaz de dar respuesta a estas necesidades. Hasta tal punto que la virtualización puede abrir la puerta a nuevas oportunidades que hace apenas unos pocos años no eran ni siquiera posibles.
Mito 5 – Si una de las aplicaciones está en riesgo, pone en peligro al resto de aplicaciones
Es un mito decir que si una aplicación está en riesgo, el resto está en peligro. Este tipo de miedos no tienen base porque el aislamiento y la segregación son principios fundamentales de la virtualización, por lo que este tipo de entornos cuenta con protección anti infección cruzada integrada desde el inicio. Los hipervisores actuales también tienen una superficie de ataque muy pequeña y resistente, lo que hace que resulte extremadamente difícil comprometer a múltiples VMs.
Los avances en la virtualización de la red también han hecho que sea posible implantar toda una red virtual, con firewalls, routers y switches, que podemos controlar y proteger del mismo modo que haríamos con una red física.
Ahora podemos conseguir estar permanentemente activos sin añadir coste y complejidad a las infraestructuras TI y sin poner en peligro las aplicaciones fundamentales para el negocio. Las empresas en la actualidad pueden reducir los gastos de los data centers y mejorar el rendimiento y la disponibilidad de las aplicaciones que realmente marcan la diferencia para el negocio; ayudando a aumentar la agilidad y productividad de la empresa al tiempo que se bajan los costes.
Estos problemas se encuentran en la base de la empresa permanentemente activa y, con las herramientas correctas, las empresas ya no tendrán que preguntarse si pueden permitirse virtualizar las aplicaciones fundamentales para el negocio o, por el contrario, si pueden permitirse no hacerlo.