Para un gran número de profesionales de las Tecnologías de la Información puede que el encontrar nuevas oportunidades de empleo no represente grandes dificultades, ya que es una de las áreas que más empleados requiere y ofrece buenas oportunidades laborales.

Aunque puede suceder para los recién egresados o algunos experimentados que tengan dificultades para encontrar trabajo y es que después de acudir a las entrevistas de trabajo y pasar ciertos filtros, es normal sentirse desconcertado cuando las cosas no se concretan y nunca llega la anhelada llamada del reclutador.

En ocasiones, la respuesta al por qué no fuiste contratado es obvia: te faltaban habilidades clave o no tenías la experiencia suficiente. Pero es posible que hayan influido factores externos.

En primera instancia que indica OCC Mundial,  a través de su blog, está en que las empresas no te contratarán si te expresas de forma negativa de la empresa en la que trabajabas o dices cosas poco amables sobre tu ex jefe. Si eres desleal con unos, ¿por qué no lo serías después con otros?

Si encuentran algún dato inexacto en tu currículum vitae o detectan una mentira, los reclutadores de inmediato perderán  la confianza en el resto de la información que proporcionaste y, por tanto, te descartarán.

Una pregunta frecuente es ¿qué sabes acerca de la empresa? Si respondes que sabes poco sobre la organización, los entrevistadores pensarán que no te interesa en lo más mínimo la empresa, así como que no eres capaz de dedicarle tiempo a un lugar en el que aspiras trabajar.

Si cuando hablan  de ética o valores tu posición frente a asuntos  relacionados, no defiendes con claridad  tus posturas y valores, olvídate de conseguir ese empleo.

Si eres incapaz de argumentar por qué quieres trabajar en la compañía, la razón que das es vaga y confusa y tu aspiración es simplemente económica tampoco esperes que te contraten al día siguiente (ni después).

Si dices que no hablas inglés, y te justificas porque en tu escuela  no lo enseñaban,  lo que en realidad demuestras es una ausencia de curiosidad y ganas de aprender más por tu cuenta.

Si no lees, el mensaje que envías a los empleadores es una incapacidad de ir más allá de lo obvio para encontrar respuestas a preguntas importantes para el negocio. Incluso de la vida.

Cuando las personas de recursos humanos te pregunten por tus defectos, nunca respondas que no tienes o, peor aún, que no sabes cuáles son, porque además  de estar mintiendo enviarás un mensaje de soberbia o de desconocimiento personal.

Si durante una entrevista te preguntan por tus errores, y en vez de aceptarlos y contar la experiencia y aprendizaje que obtuviste de ellos, los justificas o buscas disculparlos, los empleadores dudarán de tu honestidad  y madurez profesional.

Si no sabes cuáles  han sido tus logros profesionales o si eres incapaz de cuantificarlos, será muy difícil para los reclutadores comprender el valor real que puedes aportarle a la operación de la empresa.