Por décadas, la tecnología ha ido mejorando nuestra forma de recolectar información, pero en la misma medida en que los datos crecen, se hace cada vez más complejo organizarlos, manipularlos y darles sentido… La ciencia de los datos ha llegado para poner orden a esa maraña de unos y ceros, analizándolos y aprovechándolos mediante métodos estadísticos y automatizados, indica Abelardo Lara, country manager de Veeam en México.
En otras palabras, la ciencia de datos es una de las armas más valiosas de las organizaciones para destacarse de sus competidores; tanto, que para este mercado se vislumbra un futuro prometedor: Markets and Markets[estima que de 2019 a 2024 su rango de crecimiento anual compuesto será de 30%, y que de un valor de $37,900 millones de dólares, en 2024, alcanzará los $140,900 millones de dólares al final del período.
Lo más interesante es que no hay industria que no se beneficie del uso de la ciencia de datos, siempre que cuente con una estrategia exitosa. Gobierno, banca, telecomunicaciones, salud, manufactura, comercio, investigación, entretenimiento, turismo, construcción, educación, logística y cualquier sector productivo o de servicios puede tomar ventaja de esta tendencia para comenzar nuevos negocios, eficientar sus operaciones y el servicio a clientes, lograr desarrollos más inteligentes, ganar interacción con seguidores a niveles masivos, evaluar la salud de la organización, optimizar estrategias, obtener pronósticos, mejorar procesos, resolver problemas y mucho más.
Los científicos de datos usan visualización gráfica, para facilitar el análisis; reconocimiento de patrones; Machine Learning, basada en algoritmos matemáticos y automatización; Deep Learning, para modelar abstracciones complejas, y analítica de datos no estructurados, para obtener detalles clave sobre el tema que se esté valorando, según indica SAS. Adicionalmente, el data mining, la nube, el cómputo cognitivo y la inteligencia artificial son tecnologías de apoyo.
El común denominador de todas estas metodologías, procesos y herramientas son, sin duda, los datos, por lo que es vital que las organizaciones cuenten con una sólida estrategia no sólo para garantizar su seguridad, disponibilidad y confiabilidad, sino para facilitar su manejo a través de múltiples plataformas, considerando su constante –e incluso descontrolado– crecimiento.
La respuesta está en una Gestión de Datos en la Nube, la cual ya forma parte de las agendas empresariales: de acuerdo con el Reporte de Administración de Datos en la Nube 2019 de Veeam, 75% de las empresas a nivel mundial visualizan esta estrategia como un componente clave para entregar una gestión inteligente de datos, y durante este año invertirán $41 millones de dólares en desarrollarla.
¿Por qué es prioritaria para una ciencia de datos efectiva? Porque la Gestión de Datos en la Nube, además de considerar la importancia del respaldo, replicación y recuperación ante desastres, protege cada tramo de su trayecto entre plataformas y entornos, ya sea en la nube u on-premise, garantizando que los datos están disponibles en todo momento para los científicos de datos, y que ellos pueden estar seguros de que los procesos que ejecutan tendrán la velocidad y eficiencia que las áreas de negocio requieren.
imagen: Chris Liverani