Pese a que el estrés entre los profesionales de TI va a la baja, al menos eso indican los estudios, hay algunos que permanecen en constante presión por entregar sus proyectos a tiempo, sobresalir entre sus compañeros de trabajo y por tener a un mejor salario.
- Síndrome del impostor: Complejo de inferioridad que refleja el temor (a veces infundado) de que los demás programadores de tu centro de labores son más inteligentes y hábiles que tú. Lo que lleva a la víctima a tomar una actitud de “falsa superioridad” ante sus compañeros (fingiendo poseer mayor inteligencia, dedicación al trabajo y logros), aunque siempre acosados por el temor de ser descubiertos (por sus superiores o por sus propios compañeros).
- Síndrome del verdadero programador: Complejo del “programador compulsivo” que vive por y para el código, ama la programación obsesivamente y patológicamente, dedicándole prácticamente “todo su tiempo” (incluidas horas de descanso, fines de semana y vacaciones).
Algunos de los afectados por ambos desórdenes, terminan por reducir drásticamente su capacidad productiva (debido al estrés y cansancio derivado del exceso de trabajo), lo que termina por incrementar sus síndromes en una especie de círculo vicioso autodestructivo con graves consecuencias (problemas de salud mental y física).
En un estudio realizado por algunos estudiantes de Stanford, señaló que los programadores que trabajan en promedio 40 horas a la semana, tienden a ser más productivos que los que trabajan de 60 a más horas semanales.
En fin, si eres programador y te sientes identificado con alguno de los síndromes descritos, es recomendable acudir a un especialista que te ayude a superarlo, antes que llegue a mayores.