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¿Cómo llegamos a la nube?

Por: Reclu IT

12 de julio de 2018

Aunque parece que el Cloud Computing es un tema bastante reciente, fue en la década de los 50 cuando comenzaron a asentarse las bases de esta tecnología.

En esa época, las empresas en expansión comenzaron a necesitar consultar grandes cantidades de información desde distintos puntos de acceso.El problema era que la infraestructura tenía un elevado coste. Para poder ahorrar en costes, comenzaron a estudiar la forma de integrar una CPU con múltiples usuarios.

La historia de la tecnología esta llena de grandes genios injustamente olvidados. El protagonista de la nuestra, John McCarthy, es un buen ejemplo de ello; creador de Lisp, el lenguaje elegido para el desarrollo de la Inteligencia Artificial (término que acuñó el mismo) y todavía en uso, también está considerada la primera persona que expresó el concepto de computación colectiva.

Durante su discurso para celebrar el centenario del MIT, en 1961, McCarthy introdujo lacomputación en tiempo compartido, imaginando un escenario futuro donde la capacidad de procesamiento de los ordenadores se vendería como servicio, tal y como se proporcionaba el agua o el gas. En una época donde un ordenador era tan grande como una habitación y valía tanto como una casa, nadie podría imaginar que en unos años todos tendríamos uno miles de veces más potente y en nuestro bolsillo.

En informática, el uso del tiempo compartido indica la capacidad para compartir de forma concurrente un recurso computacional (el uso del procesador, la memoria, el espacio en disco, …) gracias a las tecnologías de multiprogramación y la inclusión de interrupciones de reloj como parte del sistema operativo. De esta forma, gracias al software, era posible limitar los recursos que estaban disponibles para cada usuario y optimizar el uso de los equipos.

La idea de “alquilar tiempo de computación” se hizo muy popular durante los primeros años de la década de los sesenta, pero las limitaciones técnicas de la época hicieron muy complicado llevarlo a la práctica. Sí existieron algunas empresas como Tymshare, National CSS o Dial Data que proporcionaban servicios de computación basados en tiempo compartido.

A finales de los sesenta se ofrecían paquetes que incluían editores de texto, entornos de desarrollo para lenguajes de programación, paquetes de ofimática, almacenamiento de archivo y soluciones de impresión a cambio de un alquiler que iba en función del tiempo de conexión y el uso de los recursos.

Para acercarnos un poco más al cloud computing tal y como lo conocemos hoy debemos avanzar hasta 1962, cuando Joseph Carl Robnett Licklider (J.C.R. Licklider, para algunos, el verdadero “inventor” del cloud computing) introdujo la idea de miles de ordenadores interconectados para poder acceder a recursos y datos desde cualquier lugar.

“Consideren un caso en el que diferentes centros de datos están conectados, con su propio lenguaje y su forma de hacer las cosas. ¿No sería deseable, incluso necesario que todos se pongan de acuerdo para usar el mismo lenguaje o, al menos, tener una convención para preguntar en el lengua habla el otro?” afirmó Licklider en un discurso que ahora se torna casi profético.

Unos meses después, en abril de 1963, el genio formuló un esbozo de una red de ordenadores y la presentó ante la plana mayor de ARPA (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados), para terminar en el Pentágono, donde convenció a los mandos militares de la importancia de una red invulnerable a un ataque soviético. Esta fue la clave para que, en plena guerra fría, se iniciara el desarrollo de ARPAnet, precusor de la Internet que todos conocemos.

De forma casi paradójica, la espectacular bajada de precios que experimentó la informática durante los años setenta y ochenta relegaron a un discreto segundo plano los avances relacionados con el cloud computing. No sería hasta 1996 cuando un ejecutivo de Compaq llamado George Favaloro y un técnico llamado Sean O´Sullivan presentaron el plan de negocio.

En 2006 Amazon introdujo por primera vez el término Elastic Compute Cloud (EC2) como un servicio comercial que permite a pequeñas y medianas empresas alquilar los servidores donde poder hacer funcionar sus propias aplicaciones. A partir de entonces, en los años siguientes, grandes empresas como Google o IBM comenzaron a investigar sobre el cloud computing. Como resultado de estas investigaciones, en 2009 nació Eucalyptus, una plataforma de código abierto que permitía la creación de sistemas en la nube compatibles con los servicios web de Amazon EC2.

A comienzos del nuevo milenio, la explosión de la burbuja puntocom hizo que las empresas se vieran obligadas a repensar la forma en la que usaban Internet para ofrecer sus servicios. Esto, en combinación con la creciente demanda de grandes volúmenes de datos, proporcionó las condiciones perfectas para la que la computación en nube prosperase.

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12 de julio de 2018

Aunque parece que el Cloud Computing es un tema bastante reciente, fue en la década de los 50 cuando comenzaron a asentarse las bases de esta tecnología.

En esa época, las empresas en expansión comenzaron a necesitar consultar grandes cantidades de información desde distintos puntos de acceso.El problema era que la infraestructura tenía un elevado coste. Para poder ahorrar en costes, comenzaron a estudiar la forma de integrar una CPU con múltiples usuarios.

La historia de la tecnología esta llena de grandes genios injustamente olvidados. El protagonista de la nuestra, John McCarthy, es un buen ejemplo de ello; creador de Lisp, el lenguaje elegido para el desarrollo de la Inteligencia Artificial (término que acuñó el mismo) y todavía en uso, también está considerada la primera persona que expresó el concepto de computación colectiva.

Durante su discurso para celebrar el centenario del MIT, en 1961, McCarthy introdujo lacomputación en tiempo compartido, imaginando un escenario futuro donde la capacidad de procesamiento de los ordenadores se vendería como servicio, tal y como se proporcionaba el agua o el gas. En una época donde un ordenador era tan grande como una habitación y valía tanto como una casa, nadie podría imaginar que en unos años todos tendríamos uno miles de veces más potente y en nuestro bolsillo.

En informática, el uso del tiempo compartido indica la capacidad para compartir de forma concurrente un recurso computacional (el uso del procesador, la memoria, el espacio en disco, …) gracias a las tecnologías de multiprogramación y la inclusión de interrupciones de reloj como parte del sistema operativo. De esta forma, gracias al software, era posible limitar los recursos que estaban disponibles para cada usuario y optimizar el uso de los equipos.

La idea de “alquilar tiempo de computación” se hizo muy popular durante los primeros años de la década de los sesenta, pero las limitaciones técnicas de la época hicieron muy complicado llevarlo a la práctica. Sí existieron algunas empresas como Tymshare, National CSS o Dial Data que proporcionaban servicios de computación basados en tiempo compartido.

A finales de los sesenta se ofrecían paquetes que incluían editores de texto, entornos de desarrollo para lenguajes de programación, paquetes de ofimática, almacenamiento de archivo y soluciones de impresión a cambio de un alquiler que iba en función del tiempo de conexión y el uso de los recursos.

Para acercarnos un poco más al cloud computing tal y como lo conocemos hoy debemos avanzar hasta 1962, cuando Joseph Carl Robnett Licklider (J.C.R. Licklider, para algunos, el verdadero “inventor” del cloud computing) introdujo la idea de miles de ordenadores interconectados para poder acceder a recursos y datos desde cualquier lugar.

“Consideren un caso en el que diferentes centros de datos están conectados, con su propio lenguaje y su forma de hacer las cosas. ¿No sería deseable, incluso necesario que todos se pongan de acuerdo para usar el mismo lenguaje o, al menos, tener una convención para preguntar en el lengua habla el otro?” afirmó Licklider en un discurso que ahora se torna casi profético.

Unos meses después, en abril de 1963, el genio formuló un esbozo de una red de ordenadores y la presentó ante la plana mayor de ARPA (Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados), para terminar en el Pentágono, donde convenció a los mandos militares de la importancia de una red invulnerable a un ataque soviético. Esta fue la clave para que, en plena guerra fría, se iniciara el desarrollo de ARPAnet, precusor de la Internet que todos conocemos.

De forma casi paradójica, la espectacular bajada de precios que experimentó la informática durante los años setenta y ochenta relegaron a un discreto segundo plano los avances relacionados con el cloud computing. No sería hasta 1996 cuando un ejecutivo de Compaq llamado George Favaloro y un técnico llamado Sean O´Sullivan presentaron el plan de negocio.

En 2006 Amazon introdujo por primera vez el término Elastic Compute Cloud (EC2) como un servicio comercial que permite a pequeñas y medianas empresas alquilar los servidores donde poder hacer funcionar sus propias aplicaciones. A partir de entonces, en los años siguientes, grandes empresas como Google o IBM comenzaron a investigar sobre el cloud computing. Como resultado de estas investigaciones, en 2009 nació Eucalyptus, una plataforma de código abierto que permitía la creación de sistemas en la nube compatibles con los servicios web de Amazon EC2.

A comienzos del nuevo milenio, la explosión de la burbuja puntocom hizo que las empresas se vieran obligadas a repensar la forma en la que usaban Internet para ofrecer sus servicios. Esto, en combinación con la creciente demanda de grandes volúmenes de datos, proporcionó las condiciones perfectas para la que la computación en nube prosperase.

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