Para muchas personas, el 2020 fue uno de los más difíciles que se vivieron, debido a las enfermedades, el desempleo y muchas de los cambios que se viven en el día a día y el entorno laboral.

Uno de los efectos que comenzamos a ver es en la salud mental, ya que algunas personas se enfrentarán a la ansiedad, depresión e incluso trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), una condición que a menudo se asocia con, pero no se limita a, el combate militar, como resultado de estos tiempos difíciles.

La exposición a eventos traumáticos puede conducir a una serie de afecciones de salud mental. Algunas personas desarrollarán ansiedad y depresión. Un grupo más pequeño enfrentará PTSD, aunque es importante recordar que no todos los eventos traumáticos conducirán a PTSD.

A continuación, compartimos algunos puntos que los líderes deben tomar en cuenta para evitar que los colaboradores sufran de algún trastorno de salud mental:

• Hábitos recién desarrollados que alteran tu vida diaria

Durante estos tiempos difíciles, puede ser difícil analizar cuándo nuestras reacciones a la pandemia pasan a un rango preocupante.

La gente debería tomarse un respiro para analizarse. Si últimamente te agitas con facilidad, bebes un poco más de vino de lo normal o necesita apoyo emocional adicional, está bien.

Si bien no todos nuestros mecanismos de afrontamiento son ideales, solo se convierten en un problema real si interrumpen lo que debemos hacer para mantenernos sanos y seguros.

• Cambios notables en la bebida o el uso de otras sustancias

Al buscar formas de escapar mientras navegamos por una realidad más aislada, muchos recurrieron a sustancias como el alcohol. Si bien esto podría no ser un problema, existe una línea entre lo que está bien y lo que indica un problema mayor.

El consumo de una cerveza fría o un vaso de vino tinto se ha asociado durante mucho tiempo con el alivio del estrés, y ahora todo el mundo está más estresado. Pero el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o drogas puede estar relacionado con un trauma y un trastorno de estrés postraumático, especialmente si interrumpe su vida.

Es posible que al lidar con algo más que estrés si tu consumo de sustancias interfiere con su capacidad para ir a trabajar o cumplir con otras responsabilidades diarias.

• Evitar situaciones que le recuerden el trauma

Cuando se trata de trauma o trastorno de estrés postraumático, evadir es una respuesta característica. Esto puede incluir no hablar sobre la experiencia traumática, evitar a las personas que te recuerdan el trauma o no ir a los lugares que asocias con la experiencia.

Ejemplos relacionados con una pandemia podrían ser evitar las citas con el médico a pesar de tener síntomas de COVID-19 o tener miedo de salir de casa para hacer los recados necesarios.

Generalmente, este nivel de evitación es tan severo que interfiere con las necesidades diarias.

• Participar en conductas de riesgo

Se debe vigilar cualquier cambio en el comportamiento después de un trauma. En particular, participar en comportamientos riesgosos puede ser una señal de alerta.

A veces, al mirar a los seres queridos después de un trauma, el comportamiento peligroso y destructivo puede ser bastante obvio, pero no necesariamente visto como un síntoma de un problema de salud mental. Los comportamientos que amenazan la vida o las relaciones son los únicos eso debería ser motivo de preocupación.

• Mayor irritabilidad o enojo

La irritabilidad o la ira inusuales son motivo de preocupación, según Robinson, quien agregó que esto es más que un rápido estallido de frustración de vez en cuando.

En otras palabras, si la ira prolongada causa estrés a quienes lo rodean y pone en riesgo las relaciones, puede ser el momento de hablar con un profesional de la salud mental.

• Síntomas físicos nuevos o que empeoran como dolores de cabeza, rechinar los dientes o dolores de estómago

Los síntomas de trauma y PTSD también pueden presentarse en forma de dolencias físicas. Las personas suelen ser más conscientes de los efectos físicos que de los emocionales, ya que los primeros son más difíciles de ignorar.

La tensión muscular, los problemas estomacales, el aumento de la frecuencia cardíaca, los dolores de cabeza y el rechinar de dientes pueden ser signos de traumatismo o PTSD.

• Pesadillas sobre la pandemia

Experimentar el trauma a través de recuerdos retrospectivos o pesadillas puede indicar un problema de salud mental mayor. Presta atención a la frecuencia con la que tiene sueños que provocan ansiedad relacionados con COVID-19. También vale la pena señalar si tiene algún síntoma físico como reacción al sueño, incluidas palpitaciones del corazón, sudoración o terror.

imagen: @devmaryna