El Internet of Things (Internet de las Cosas) tiene un tiempo haciéndose un renombre, ya que en la actualidad es una de las tecnologías con más crecimiento empresarial.

Así que más allá de abordar las ventajas que ofrece o las tendencias que tendrá el IoT, en esta ocasión es momento de conocer un poco de la historia y evolución que existen detrás de esta tecnología con alta demanda.

La idea vaga del Internet of Things puede rastrearse muy atrás en el tiempo. Aunque uno de los momentos más destacados se remonta a un personaje clave: Kevin Ashton.

Ashton se desempeñó como director ejecutivo del Centro de Identificación Automática del Instituto de Tecnología de Massachusetts, que luego fue reemplazado por el Centro de Identificación Automática más orientado a la investigación.

Fue en 2003 cuando Ashton y su equipo acuñaron el término «Internet de las cosas». El IoT originalmente sobresalió vida como el título de una presentación que Ashton hizo para Procter and Gamble cuando trabajaba allí como gerente de marca.

La anécdota detrás del nombre «IoT»

Muchas de las tecnologías que hoy utilizamos tienen historias y anécdotas curiosas que anteceden a su creación, que puede considerarse exageradas, como si se tratasen de un rumor, pero que se convierten en parte de la historia.

El Internet of Things no es la excepción, pues se cuenta que Ashton antes de mostrar su presentación «Internet de las Cosas» descubrió que un lápiz labial de una línea de cosméticos, que le habían asignado para el lanzamiento se agotaba cada vez que pasaba por la tienda local.

Los responsables de la cadena de suministro de Procter and Gamble le informaron a Ashton que había un montón de stock de ese producto, que supuestamente se había vendido en su tienda local.

Todo esto hizo que Ashton comenzará a cuestionarse ¿Cómo podría rastrear los productos con mayor precisión para que cualquiera pudiese conocer dónde están y si están disponibles?.

Casi al mismo tiempo, también se estaban desarrollando etiquetas RFID (o identificación por radiofrecuencia) que contenían bits de datos que podrían transferirse de forma inalámbrica.

En la presentación que Ashton hizo para Procter and Gamble trató de proponer que se utilizaran las etiquetas RFID para administrar la cadena de suministro de dicha corporación, de modo que la ubicación y el inventario de cada elemento que sale de ella se monitoreara de manera más eficaz.

La propuesta de Ashton ayudó a que las personas se dieran cuenta que el desarrollo de la tecnología en ese momento podría proporcionar una medida de «conexión» con todo lo demás, si se trabajaba en ello.

LG y el refrigerador DIOS

Otro hito de relevancia fue a principios del siglo, pues LG Electronics lanzó un refrigerador digital conocido como GL Dios, que fue uno de los primeros productos que se conectó a Internet.

Este producto se encargó de realizar un seguimiento de los tipos de alimentos que se almacenaron en él, así como sus respectivas cantidades, escaneando sus etiquetas RFID.

Desafortunadamente para LG, el refrigerador DIOS no se vendió bien, porque la mayoría de las personas en ese momento pensaban que era demasiado caro para sus necesidades.

Sin embargo, el Internet Digital DIOS allanaría el camino para que el potencial de los objetos domésticos cotidianos y los dispositivos de mano se conectaran a Internet.

El Internet de las Cosas se ha convertido en parte de la vida cotidiana desde que su aparición con Kevin Ashton. Aquí hay algunos ejemplos para ilustrar cómo el Internet de las cosas ha cambiado la forma en que vivimos hoy.

Algunos propietarios de viviendas están comenzando a hacer que sus casas sean inteligentes mediante la instalación de dispositivos que están conectados a Internet a través de Wi-Fi.

Gracias a esta tecnología, es posible que mientras te despiertas una cafetera comience a prepararte una taza. Esto es sólo en el hogar, ya que se usa ampliamente en los sectores de manufactura, agricultura, salud, bienes raíces, venta al por menor y finanzas, por mencionar algunos.